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Un poco de historia...

 Â¿QUÉ ES LA SELVICULTURA?

 

 Se propone como definición de Selvicultura, tras consultar textos españoles y extranjeros, la siguiente: Selvicultura es el modo de aplicar el conocimiento de la estructura, crecimiento, reproducción y formas de agrupación de los vegetales que pueblan los montes, de forma que se obtenga de ellos una producción continua de bienes y servicios necesarios para la sociedad.

 

 En español, se puede aplicar indistintamente, según el Diccionario de la Lengua Española, el término selvicultura, que ha sido tradicionalmente empleado por los técnicos forestales, o el término silvicultura, más empleado en Hispanoamérica y en recientes traducciones de textos en francés o inglés. En francés se denomina sylviculture, en inglés silviculture, en italiano selvicoltura, en alemán waldbau y en portugués silvicultura. Tanto en catalán como en gallego se utiliza silvicultura y en vascuence el término oihangintza.

 

 En la propia definición que se ha propuesto se contiene el objeto de la Selvicultura y su importancia. Para mejor comprender esta definición, se hace a continuación un detallado análisis de los elementos y conceptos contenidos en ella.

 En primer lugar se afirma que la Selvicultura es un modo de aplicar conocimientos. Se trata por tanto de una tecnología pues aplica en la práctica conocimientos que corresponden a otras ciencias, básicas respecto de ella. Pero también es una ciencia en cuanto que su doctrina contiene elementos propios de conocimiento. Para reforzar este último aspecto algunos autores (OLDEMAN, 1990), han acuñado el término silvología.

 

También ha sido considerada históricamente la Selvicultura como un arte, antes de que sus reglas se basaran en el desarrollo científico, pues su práctica estaba fundada en la intuición y el empirismo.

 En segundo lugar vemos en la definición propuesta que el sujeto de la Selvicultura son los conjuntos de vegetales que pueblan los montes. Por tanto se ocupa de agrupaciones o masas, no de individuos, por lo que se debe considerar como una ciencia o tecnología masiva.

 Se deberá entender, por tanto, que son todos los vegetales y no únicamente los árboles o sus agrupaciones, los bosques, los que son sujeto de la Selvicultura, aunque la enorme importancia de los bosques frente a las formaciones arbustivas o de matorral en relación con sus utilidades, y la mayor complejidad de su tratamiento, hacen que la mayor parte de los tratados de Selvicultura se ocupen preferentemente de ellos.

 

 

¿QUÉ OBJETO TIENE ÉSTA?

 

Una vez precisados el contenido y el sujeto de la Selvicultura, vamos a comentar el objeto de la misma.

Dice la definición enunciada que es la producción continua de bienes y servicios necesarios para la Sociedad. La primera reflexión en este sentido es que si no existe una Sociedad que demande utilidades de las agrupaciones forestales, la Selvicultura no tiene razón de existir, de la misma forma que el aumento de esta demanda social fue la que generó la Selvicultura.

 

 En relación con la producción es necesario desglosar por una parte la continuidad y por otra la diversidad, cuestión esta última que también puede ayudar a deslindar los campos agrícola y forestal.

 El hecho de que la producción que la Selvicultura persigue deba ser, por definición, continua, nos enfrenta con el principio de persistencia de la masa vegetal, tradicionalmente enunciado y aplicado por los forestales, que concuerda con lo expresado al hablar de la permanencia del monte y que es lo mismo que lo preconizado recientemente por las estrategias de conservación de la naturaleza al hablar del uso racional de los recursos naturales renovables o de sustentabilidad o sostenibilidad.

 

 El principio de persistencia informa de tal manera las técnicas selvícolas que, aquellas prácticas que no lo tienen presente deben ser calificadas como anticulturales, pues sencillamente no son Selvicultura.  Por otra parte, el monte, según la definición, produce bienes y servicios (y la Sociedad los demanda) en gran diversidad, tanto en el espacio como en el tiempo. La enumeración de los mismos se hará en el siguiente epígrafe, aunque ahora hay que resaltar el principio de uso múltiple del monte, incorporado a la Selvicultura y basado en dicha diversidad.

 

 Este principio se deriva de que cualquier monte es capaz de suministrar simultáneamente varios bienes o servicios a la Sociedad, por lo que el selvicultor deberá gestionar de forma que se atiendan todos los aspectos productivos. La base de esta determinación es doble: la mejora y conservación de los montes está fundada en su apreciación por parte de los diferentes grupos sociales, que reciban los beneficios; las tensiones entre grupos con diferentes intereses son un factor de inestabilidad constante, y deben ser reducidas mediante la aplicación de este principio.

 

 No obstante, puede existir incompatibilidad en la producción simultánea de dos productos, por ejemplo la pretensión de cazar en batida en un monte el mismo día en que se encuentra el ganado doméstico pastando. Por lo tanto, manteniendo en lo posible la diversidad de producciones, debe ser formulado por la Sociedad, con la conformidad del propietario y el consejo del selvicultor, un orden de preferencia en esta producción.

 

 

 

Para entrar más en detalle e informarnos  sobre la Selvicultura dejamos el enlace a un documento del ingeniero de montes, Rafael Serrada.

 

 

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